Coito |

Quiero que mi espalda se arquee con el primer golpe de muchos, esos que me hacen temblar cuando con una simple mirada me suplicas que te perfore hasta el último hueso. Quiero que me susurres que todo irá bien, que piensas en mi éxtasis como si fuera el tuyo propio y yo como una condenada te gritaré que jamás he deseado tanto que lleguen hasta lo más profundo de mi gozo. Quiero que sea romántico, pero no lento. Quiero que sea lento, pero no romántico. Quiero que sea rítmico, pero pausado, que dure una eternidad y no años. Quiero movimiento, fuerte, sentido, tan vehemente como tú, tan provocador como yo. Quiero que sea sudor, olor, saliva, flujo y sangre. Quiero una isla en medio del desierto, un oasis en medio de todo un océano, una selva en medio de una cellisca y que demos la vuelta al mundo, tú por un lado y yo por el otro y nos encontremos en medio del seísmo gimiendo entre tanta agitación y silencio. Quiero tu espalda arriba y la mía abajo. Mis pechos erguidos y tus brazos en alto. Quiero mi cabeza de lado y tu quejido en mi oído. Quiero mi trasero alzado y tus muslos sobre los míos. Quiero que me beses y tú quieres mi aullido, pero te confieso que yo no soy de alaridos, soy de rugidos. Lobo y leona, dragona y oso. Me da igual, me conformo con tú y yo en el fin del mundo sin nadie más, con todo dentro y nada sin haberse metido.

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